Skip to main content

¿Cuál es tu Nicaragua?

Ultimamente he tenido la sensación de vivir simultáneamente en diferentes países. ¿Cuántas Nicaraguas hay? Por un lado, me pintan una Nicaragua donde no hay buenas noticias, conflictos por aquí, mentiras por allá, corrupción y abusos de poder por todos lados. La imagen de esta Nicaragua provoca ganas verdaderas de colgar los guantes o de subirse en el primer Tica Bus o Transnica para irse lejos, muy lejos, como decía uno de mis vecinos cada vez que mi hermano “alegraba el barrio” con sus constantes prácticas de su banda de rock.

Después salta la Nicaragua ni fu-ni fa en la que tímidamente se discuten temas de interés común, hay críticas, aportes, planes estratégicos, deseos y consiciencia absoluta de la necesidad de un cambio, pero nunca nos ponemos de acuerdo por que cada quien quiere atraer agua para su propio molino.

La otra Nicaragua, es la Nicaragua a lo Walt Disney en la que todo el mundo es feliz, donde cada quien ejerce el poder, donde se asegura que se crece aceleradamente –no sólo los niños y niñas en tamaño sino también los indicadores económicos–, donde se afirma que hay total respeto a las leyes, donde la institucionalidad es más que una palabra que suena hermosa y elegante, se puede ver y tocar, y donde la libertad de expresión y de movilización son derechos ciudadanos que se ejercen sin prohibición o impedimento. Una Nicaragua libre, solidaria y cristiana.

Esos son los diferentes países que veo, mis queridas Nicaragua en las que vivo. Sin embargo y muy a pesar mio, en las publicaciones de noticias que acostumbro a leer muy pocas veces puedo ver a la Nicaragua en la quiero vivir. Estoy segura que como yo, cada nica imagina la Nicaragua en la que quiere vivir pero ¿qué hacemos para construirla?

Nos quejamos, criticamos, maldecimos, discutimos en mesas de tragos,  gritamos a cuatro vientos porque no nos toman en cuenta, no nos escuchan y peleamos con ganas por nuestro pedacito de tierra. Muchas veces nos hemos hinchado de valor para salir a las calles con el afán de construir pero ese afán dura lo que toma recorrer las calles, después dormitan las ganas y perdemos el impulso.

Pero creo que es deber de todos los nicas construir la Nicaragua en la queremos vivir. Propongamos, aportemos, demos ideas, consensuemos, construyamos la Nicaragua que anhelamos. Sacudamonos y salgamos de la zona de confort en la que estamos. Obras son amores y es hora de comenzar a demostrar cuánto queremos a este hermoso país.

Transformemos la Nicaragua en la que vivimos en la Nicaragua que queremos. Y conste, esto no se debe traducir solamente al aspecto político que es desde donde creemos todo, absolutamente todo se soluciona. Esto debe ser algo transversal, en la casa, el barrio, la escuela, la universidad, la oficina, la familia, el mar, el bar, el bus, la caponera, la montaña, el huerto, la finca, la maquila, el mercado, el teatro, el cine, en todos lados. Nicaragua es más que los 130 mil kilómetros de extensión. Nicaragua somos todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *